Jorge Zabaleta ha pasado altos y bajos con su esposa Francisca Allende, y ahora en Socios por el Mundo volvió a un especial lugar al cual recurrió cuando se separó temporalmente de ella.
Hce 21 años el actor tuvo un quiebre temporal con Francisca, por lo que se fue a viajar para despejar su mente y llegó a Nepal.
“Necesitaba darme un tiempo, mi hermana estaba en Nepal, le escribí y me fui para allá. Necesitaba estar con alguien cercano”, dijo a Tiempo X.
“Conocí todos esos lugares y ahora después de 20 años vuelvo. India prácticamente igual y Tailandia se pegó un salto… Es impactante hoy en día, volvería mil veces”, expresó el actor.
Sobre cómo es trabajar lejos de su familia, Jorge Zabaleta comentó que “la vida pasa rápido, ayer tenía 25 y hoy 53, y no lo puedo creer, en un abrir y cerrar de ojos. Lo he pasado bastante bien en la vida y no quiero que se acabe… Si no, uno andaría triste todo el día. (Mi esposa e hijos) Me conocen, saben cómo soy, saben que es muy importante viajar, moverme, no puedo estar mucho tiempo en un lugar, me voy de Vacaciones y la semana me quiero ir”.
Jorge Zabaleta y el quiebre con su esposa
Hace un tiempo, el actor contó un poco sobre cómo fue cuando Francisca lo echó de la casa. En Socios de la Parrilla, recordó que “me echaron, llevé mi bolso y una tele, la eche adentro del auto y me fui… Triste”, agregando que “llego al motel donde me estaba quedando y llegó a la pieza mal, mal, prendo la tele se quemó. Dije: cómo voy a ser tan quemado”.
Tras este quiebre, la pareja se reencontró luego de cuatro años y retomaron la relación que sigue hasta el día de hoy y que empezó en 1993.
A lo largo de esa relación, Jorge Zabaleta y Francisca también tuvieron que superar la pérdida de un bebé. “No caímos en cuenta hasta muchos años después con la pena. Nos venía persiguiendo a los dos, sin comentarlo entre nosotros. Hasta que de repente la verbalizamos”, dijo también en ese capítulo.
Para cerrar ese episodio de pena, Jorge contó que “hicimos una ceremonia para cerrar ese proceso. Donde los dos teníamos una herida abierta y no sabíamos bien lo que nos estaba pasando. Ninguno de los dos verbalizó nada, ambos llevábamos la penas por nuestro lado”.
