“Este libro es un tributo a mi hija y una expresión desbordada y honesta de la experiencia que me tocó vivir. Una tragedia que me atravesó como un rayo y me dejó vacío”, son las palabras de Benjamín Vicuña en Blanca, la niña que quería volar.
En el libro, el actor plasma su conmovedor testimonio ante la muerte de su hija ocurrida el 8 de septiembre del 2012 cuando tenía tan solo seis años, a causa de una falla multisistémica.
Respecto a este proceso, Vicuña conversó con El Mercurio confesando que “Han sido diez años de transitar el duelo”.
Sobre qué lo impulsó a escribir, Benjamín Vicuña explicó: “cuando vivimos situaciones así de dolorosas, creemos que somos los primeros y los últimos en el mundo, pero no es así. Y tener una compañía o saber que otras personas transitaron caminos difíciles también parece que ayuda”.
“Me tomó un año poder pensar en Blanca sin que me sobreviniera un llanto desgarrador y recordar con alegría un momento vivido”
Benjamín Vicuña
“Hay una distancia que permite que me meta en zonas a las que por muchos años no quise ni siquiera asomarme”, reveló el actor, asegurando que hoy se siente un poco más preparado para abordar esto de mejor manera.
El adiós de Benjamín Vicuña a Blanca
Tras ser hospitalizada, el actor, junto a su exesposa Pampita, consideraron que él no se quedara en la clínica, decisión que hoy le pesa, pues el estado de salud de su hija se agravó.
“Sin saber, ni intuir si quiera lo que iba a pasar, cuando Blanca entró a la clínica con fiebre por segunda vez y quedó internada esa noche, decidimos que yo me iba a ir a la casa. Y al otro día, cuando aún estábamos con diagnóstico reservado, me llamaron de la producción de Prófugos, que estaba en plenas grabaciones, diciéndome que necesitaban que grabara”, relató Vicuña.
“Y fui a un lugar sin señal porque quedaba en la cordillera. Mi hija empeoró y básicamente me perdí las últimas horas de su estado consciente”, confesó.
Así, diez años después, Benjamín Vicuña recuerda a Blanca cada 8 de septiembre, día en el que, dentro de lo posible, trata de evadir el trabajo y tomarse un tiempo para reflexionar en familia. Aunque no siempre ha podido: “Una vez hice de una persona que estaba en el hospital el mismo día y me vino una crisis nerviosa y no lo podía entender hasta que me di cuenta de que era ocho”, contó.
