Si hay un tema que ha dado bastante de qué hablar el último tiempo son los relatos paranormales de los famosos, y Perla Ilich se sumó a la lista con una escalofriante historia.
La popular gitana contó un episodio que vivió cuando era una niña y se fueron, junto a su familia, a vivir a una nueva casa, en la que habitaba un ser del más allá.
“Yo tengo ese don, de sentir cuando están penando, siento el aura de las personas de chica”, explicó en el programa Podemos Hablar luego que Jean Philippe Cretton preguntó “¿quién tiene capacidades paranormales?”.
Y su relato se remota a cuando tenía 11 años y con su familia se fueron a vivir a una casa en la comuna de Ñuñoa. “Arrendamos una casa que era como un castillo, lo demolieron hace poco”, contó, detallando que se ubicaba en la intersección de las calles Avenida Irarrázaval con Pedro de Valdivia.
“Cuando llegamos al castillo, yo le dijo a mi mamá que no quería entrar, me sentía mal y como no teníamos otra parte donde vivir porque veníamos llegando de un viaje, entramos”, siguió explicando ante la escucha atenta del resto de los invitados al capítulo de este viernes.
La aterradora experiencia de Perla Ilich
Una vez en la casa, instalaron sus pertenencias y Perla Ilich compartía habitación con su hermana. El inmueble era tan grande que en el segundo piso habitaba la dueña de la vivienda, quien había perdido a su padre tras fallecer en la misma casa, dato que tanto la ex participante de El Discípulo del Chef como su familia no sabían.
“Una noche despierto gritando: ‘¡mamá me pegaron!’, mi mamá entra y me dice que fue un sueño”, reveló, aunque no se trataba de un sueño ni nada parecido, pues había una prueba que comprobaba que algo raro estaba sucediendo.
“Me acuerdo hasta el día de hoy, se me pone la piel de gallina… tenía una mano marcada en el pecho, era un golpe”
Perla Ilich
“Era imposible que fuera mi hermana porque yo no dormía en la misma cama con ella”, aclaró Perla.
“Pasaron los días y mi mamá empezó a limpiar el ambiente con unas cosas que hace ella con ruda y palo santo, pero al tercer o cuarto día en la casa aparece un gato, que era del dueño que había fallecido”, manifestó la gitana.
Ahí, ocurrió lo espeluznante. “Yo jugaba con el gatito en el jardín, y había una silla donde el caballero se sentaba pero nadie sabía. Y yo veo a un caballero sentado como si estuviera regando con un abrigo lleno de pelos de gato. Yo le hablo, le digo ‘hola señor’ y no me responde, se queda mirando para abajo”, reveló Perla Ilich.
“Se lo comenté a mi mamá y ella creyó que era alguna visita de los vecinos. Pasaron los días y mi mamá le dice a la dueña ‘vino un caballero'”, afirmó, lo que provocó el llanto de la mujer. “Era el papá, me muestra la foto y era él, ese era su gato”, señaló, recordando que en ese momento la hija del hombre fallecido le dio un fuerte abrazo.
