El deseo de perder grasa y mantener un peso saludable es algo que muchos individuos tienen en común. Sin embargo, lograr este objetivo puede parecer un desafío abrumador, tanto por falta de conocimientos sobre lo que se puede y no consumir, como por la organización de las comidas diarias. Lo recomendable siempre acudir a un especialista en nutrición y armar una rutina alimentaria en base a sus recomendaciones.
Para quienes tienen este plan en mente, el nutricionista e influencer Carlos Ríos, fundador de “My Real Food”, muestra 7 opciones de almuerzos, uno para cada día de la semana. La idea es perder grasa sin dejar de alimentarse desertar en la meta, solo por falta de ideas para cumplir con la cantidad de nutrientes necesarios.
Platos ricos para perder grasa
La rutina alimentaria debe ser lo suficientemente variada para evitar que falten vitaminas, minerales y todo tipo de nutrientes. Estas son las 7 opciones.
- Lunes: 1 patata o boniato medano, ½ plato de rúcula, cherrys y ricota y 100 gramos de pollo.
- Martes: 60 gramos de arroz, ¼ de mango, 1 lomito de salmón, vegetales al gusto, ½ aguacate.
- Miércoles: 100 gramos de pollo, 1 huevo, salteado de ajetes y espárragos con gambas, 70 gramos de quinoa.
- Jueves: 200 gramos de lentejas cocidas, pimiento, pepino, espinaca, cebolla.
- Viernes: 2 huevos, ½ plato de brza al ajoarriero, 3 tostaditas de pan integral.
- Sábado: 60 gramos de pasta integral, ½ plato de ensalada, 100 gramos de pollo.
- Domingo: 60 gramos de legumbres y 50 gramos de boloñesa de soja texturizada con verduras.
Al hablar de perder grasa, es importante destacar que la alimentación juega un rol fundamental. Pero no se trata solo de seguir una dieta estricta, sino de adoptar hábitos alimentarios saludables que promuevan la pérdida de grasa de forma sostenible.
Como se dijo anteriormente, para iniciar este proceso, es recomendable buscar el asesoramiento de especialistas en nutrición que puedan proporcionar un plan personalizado y adaptado a las necesidades individuales. Estos profesionales podrán evaluar los hábitos alimentarios individuales y brindar recomendaciones específicas para alcanzar las metas.
Uno de los primeros consejos que los profesionales ofrecen es aumentar el consumo de agua. Es fundamental para mantener un adecuado funcionamiento del organismo y facilitar la pérdida de grasa. Se recomienda beber al menos 2 litros al día para mantenerse bien hidratado y facilitar la eliminación de toxinas acumuladas en el cuerpo.
Asimismo, es importante incorporar una gran variedad de frutas y verduras en la alimentación diaria. Estos alimentos son ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes, y pueden ayudar a acelerar el metabolismo y promover la pérdida de grasa. Además, debido a su alto contenido de fibra, las frutas y verduras ayudan a mantener la sensación de saciedad, lo que puede ayudar a controlar el apetito y evitar excesos.
Es recomendable incluir al menos 5 porciones de frutas y verduras al día. Estas pueden ser consumidas tanto en forma cruda como cocinadas, y es preferible optar por productos de temporada para obtener los máximos beneficios nutricionales.
Se vuelve necesario también mantener un equilibrio adecuado en la alimentación. Esto implica evitar los procesados, ricos en grasas saturadas, azúcares refinados y aditivos artificiales. Estos alimentos no solo pueden contribuir al aumento de peso, sino que también pueden afectar negativamente la salud en general.
En su lugar, se recomienda optar por alimentos frescos y naturales, como carnes magras, pescado, huevos, lácteos bajos en grasa, legumbres, nueces y granos integrales. Estos alimentos proporcionan nutrientes esenciales y son una excelente fuente de proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos, que son fundamentales para mantener el metabolismo activo y promover la pérdida de grasa.
Y no menos importante, esto debe complementarse con actividad física regular. El ejercicio ayuda a acelerar el metabolismo, quemar calorías y fortalecer los músculos, lo que a su vez ayuda a perder grasa. Se recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada a intensa por semana, combinada con ejercicios de fuerza y flexibilidad.