El actor Fernando Larraín recordó lo ocurrido hace unos años con un amigo.
En el más reciente episodio de “La Cabaña“, el actor Fernando Larraín compartió una anécdota sorprendente que tuvo lugar durante una visita a Miami, Estados Unidos. Junto a su amigo de toda la vida, el comediante Felipe Izquierdo, Larraín se unió a la cantante Denisse Malebrán y la actriz Catalina Olcay para vivir un fin de semana lleno de risas y situaciones inolvidables en el Cajón del Maipo.
La historia que captó la atención de todos se remonta a una visita previa de Larraín a un amigo llamado Rodrigo en Miami. Lo que comenzó como un paseo rutinario en un vehículo alquilado se transformó en un episodio digno de una película de suspense.
La anecdota de Fernando Larraín
Según Larraín, al notar la presencia de autos de policía detrás de ellos, la situación se tornó dramática. “Cuando veo dos autos de policía, digo ‘chuta, esto es grave'”, recuerda Fernando Larraín.
A medida que los oficiales los apuntaban con sus armas, Larraín intentó explicar la situación: “Se me acerca un gringo policía y le digo ‘perdón, yo soy chileno, yo no he hecho nada, vengo recién llegando, vengo de vacaciones a la casa de Rodrigo'”.
La confusión se desató porque dos individuos, que compartían el mismo tipo de vehículo que Larraín y su amigo, acababan de asaltar a una mujer. “Eran dos tipos muy parecidos a como andábamos”, comentó el actor.
La tensión alcanzó su punto máximo cuando los policías pidieron a Larraín y su amigo que esperaran a la víctima, quien llegaría para identificar a los supuestos ladrones. Afortunadamente, la señora demoró en reconocerlos y finalmente confirmó que no eran los responsables del delito.
“Fue dramático”, concluyó Larraín, recordando un episodio que seguramente quedará grabado en su memoria como una de las experiencias más inesperadas y sorprendentes de sus viajes.
Fernando Larraín y su episodio cómico en “La Cabaña”
El relato de Fernando Larraín en “La Cabaña” nos transporta a un capítulo inolvidable y lleno de sorpresas en su visita a Miami. La anécdota, que comenzó como un simple paseo con su amigo Rodrigo, se convirtió en un escenario digno de una película de suspenso en plena ciudad estadounidense.
La narrativa se tejió entre risas y momentos de tensión, donde la presencia de patrullas policiales cambió drásticamente la dinámica del día. La observación de Larraín sobre los autos de policía detrás de ellos desencadenó una serie de eventos que nadie podría haber anticipado.
La dramática situación se desplegó cuando los oficiales apuntaron con sus armas al vehículo, llevando a Larraín a una conversación surrealista con un “gringo policía”. Su intento de explicar que eran turistas chilenos en unas vacaciones amigables se convirtió en un momento cómico, aunque tenso, que solo la vida real puede ofrecer.
La confusión se desató porque dos delincuentes, que compartían similitudes físicas con Larraín y su amigo, acababan de cometer un atraco. La ironía de la situación se hizo evidente cuando Larraín describió a los sospechosos como “dos tipos muy parecidos a como andábamos”. El episodio alcanzó su punto máximo cuando los policías pidieron a Larraín y su amigo que esperaran a la víctima para su identificación.
El desenlace, aunque inesperado, brindó un alivio cómico cuando la señora, tras una demora, confirmó que no eran los perpetradores del delito. “Fue dramático”, resumió Larraín, destacando la surrealista comedia que se desplegó en aquel día.
Este relato, compartido en “La Cabaña“, no solo ilustra la vida impredecible de las celebridades, sino que también nos recuerda la capacidad única de la realidad para superar la ficción.
En el pintoresco escenario del Cajón del Maipo, Fernando Larraín nos regala una historia de humor inadvertido y situaciones imprevistas, mostrando que incluso en medio de la tensión, la vida puede ofrecernos momentos para reír y recordar.
