La animadora Priscilla Vargas y un mensaje fuerte para sus colegas de la competencia
En medio de la cobertura del caso de un novillo suelto en Estación Central, el periodista Gino Costa de Chilevisión recibió duras críticas, y no solo del público, sino de su propia colega Priscilla Vargas de Canal 13. La situación se volvió tensa cuando Costa, pese a la recomendación de expertos en el mismo canal, se acercó demasiado al animal asustado.
El notero describió al novillo como “bien choro” y señaló que reaccionaba desafiante, incluso acercándose como si estuviera dispuesto a golpear. Mientras compartía esta información, Gino Costa no respetó la distancia recomendada y siguió al novillo cuando intentaba alejarse.
La advertencia de Priscilla Vargas
En Canal 13, durante la cobertura del mismo evento, una experta aconsejaba tomar distancia para no asustar al animal. Al ver a su colega de Chilevisión corriendo detrás del novillo, Priscilla Vargas no pudo contener su indignación y lanzó fuertes críticas: “¡Un mensaje a Gino Costa, por favor! Que falta de criterio. ¡Que irresponsables! Estamos poniendo en riesgo a las personas. ¡Quédense quietos, por favor!”, expresó Priscilla Vargas visiblemente molesta.
Finalmente, el novillo ingresó a un callejón, y los vecinos lograron cercarlo, una opción que los expertos habían recomendado desde un principio. Sin embargo, las críticas a la actitud de Gino Costa no se hicieron esperar en redes sociales, donde la irresponsabilidad televisiva fue duramente cuestionada por el público.
La responsabilidad televisiva en debate
La polémica desatada por la cobertura del caso del novillo suelto en Estación Central ha abierto un debate crucial sobre la ética y la responsabilidad en el periodismo televisivo. La actuación de Gino Costa, notero de CHV, ha sido objeto de duras críticas, no solo por parte del público, sino también de colegas de otras cadenas, como Priscilla Vargas de Canal 13. Este episodio pone de manifiesto la necesidad urgente de reflexionar sobre los límites y las consecuencias de las decisiones tomadas en nombre de la información y el entretenimiento.
La tarea del periodismo no solo radica en informar, sino también en hacerlo de manera ética y responsable. En este caso, la presencia intrusiva y desafiante de Gino Costa frente al novillo asustado plantea interrogantes sobre la línea entre obtener una buena historia y poner en riesgo la seguridad, tanto de las personas involucradas como de los televidentes. La crítica de Priscilla Vargas no solo resuena como una reprimenda a un colega, sino como un llamado de atención a toda la industria mediática.
La televisión, como medio de comunicación masiva, tiene el poder de influir en la percepción pública y moldear opiniones. Sin embargo, este poder conlleva una gran responsabilidad. La situación evidencia la necesidad de establecer estándares éticos claros en la cobertura de eventos, especialmente aquellos que involucran a animales o situaciones potencialmente peligrosas.
En un mundo donde la competencia por la atención del espectador es feroz, es esencial recordar que la responsabilidad y la ética no deben sacrificarse en aras de la audiencia. La crítica en redes sociales refleja la conciencia creciente del público sobre la importancia de un periodismo responsable y la reprobación ante prácticas que podrían poner en peligro a los protagonistas de la noticia.
Al respetar la ética y la responsabilidad, se fortalece la credibilidad del periodismo y se construye una relación más sólida con el público, que valora la integridad por encima de la espectacularidad. La responsabilidad televisiva es un compromiso con la verdad, la seguridad y el respeto, y es esencial para el bienestar de la sociedad que depende de una información veraz y equilibrada.
Este incidente debería ser un punto de inflexión para la industria televisiva, una oportunidad para reflexionar sobre las prácticas actuales y reevaluar cómo se abordan situaciones delicadas en la búsqueda de la noticia. El enojo de Priscilla Vargas no fue más que un llamado de atención urgente.
La televisión tiene el potencial de educar, informar y entretener de manera responsable.
