Gastritis: los 5 síntomas más frecuente y cómo tratarla
Conocé las señales de alarma que podrían indicar que padeces gastritis.
La gastritis es una afección que se caracteriza por la inflamación del revestimiento del estómago. Esta inflamación puede ser aguda o crónica, y puede ser causada por diversos factores, incluyendo infecciones bacterianas, el uso excesivo de medicamentos antiinflamatorios, consumo excesivo de alcohol, estrés crónico y ciertos trastornos autoinmunes.
La enfermedad puede manifestarse con síntomas como dolor abdominal, sensación de ardor en el estómago, náuseas, vómitos, hinchazón y pérdida de apetito. Esta condición puede afectar a personas de todas las edades, pero es más común en adultos mayores y en aquellas personas que tienen hábitos poco saludables.
Es importante destacar que este problema de salud puede ser tratado y controlado con cambios en la dieta, reducción del estrés, medicamentos recetados por un médico y evitando los factores desencadenantes que agravan la condición.
Los síntomas de la gastritis pueden variar en intensidad y duración, pero algunos de los más comunes a los que se debe estar alerta incluyen:
Dolor abdominal: Este puede manifestarse como un dolor sordo, punzante o ardiente en la parte superior del abdomen.
Sensación de ardor en el estómago: Algunas personas experimentan una sensación de quemazón en el estómago, especialmente después de comer.
Náuseas y vómitos: La presencia de náuseas persistentes y episodios de vómitos pueden ser signos de gastritis.
Hinchazón abdominal: Sentir el vientre hinchado o distendido, especialmente después de las comidas, puede ser un síntoma de gastritis.
Pérdida de apetito: La falta de interés en la comida y la pérdida de peso inexplicada pueden indicar problemas estomacales como la gastritis.
- Endoscopia: Este es uno de los métodos más comunes para diagnosticar la gastritis. Durante una endoscopia, se introduce un tubo delgado y flexible con una cámara en el extremo (llamado endoscopio) a través de la garganta hasta el estómago. Esto permite al médico visualizar el revestimiento del estómago y tomar muestras de tejido (biopsias) para su análisis.
- Análisis de sangre: Algunas pruebas sanguíneas pueden ayudar a detectar la presencia de infecciones bacterianas como Helicobacter pylori, que es una causa común de gastritis.
- Pruebas de aliento: Se pueden utilizar pruebas de aliento para detectar la presencia de Helicobacter pylori en el sistema digestivo.
- Análisis de heces: Estas pruebas pueden ayudar a identificar la presencia de sangre en las heces, lo que puede ser un indicio de gastritis u otras afecciones gastrointestinales.
Estos son solo algunos de los métodos utilizados para diagnosticar la gastritis. Sin embargo, dependerán de los síntomas y la historia clínica del paciente, el médico puede recomendar pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico.
El tratamiento varía según la causa subyacente y la gravedad de los síntomas. Algunas de las estrategias comunes incluyen:
- Medicamentos: Los médicos pueden recetar medicamentos para reducir la producción de ácido estomacal, aliviar la inflamación o tratar infecciones bacterianas, como en el caso de Helicobacter pylori.
- Cambios en la dieta: Se suelen recomendar cambios en la alimentación, como evitar alimentos irritantes como picantes, ácidos, grasos; limitar el consumo de alcohol y cafeína, y seguir una dieta rica en fibra y baja en grasas.
- Reducción del estrés: El estrés puede exacerbar los síntomas de la gastritis, por lo que aprender técnicas de manejo del estrés, como la meditación o el yoga, puede ser beneficioso.
- Evitar medicamentos irritantes: Se recomienda evitar el uso excesivo de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) que pueden dañar el revestimiento del estómago.
- Tratamiento de infecciones: En el caso de gastritis causada por infecciones bacterianas como Helicobacter pylori, se pueden recetar antibióticos para eliminar la bacteria.
Cabe destacar que el tratamiento específico dependerá del tipo y la causa de la gastritis, por lo que es fundamental seguir las recomendaciones del médico para un manejo efectivo de la condición que harán posible una mejor calidad de vida.